Ángeles daltónicos

Maldigo las veces en que no encuentro la calle que quiero, las veces en que el Sol no se pone como yo pretendía, los aviones que no van a destinos a los que me gustaría ir, a los vagabundos por no tener un sitio donde ser felices -aunque creo que en realidad lo son, solo que en un sitio no correspondido-. Maldigo los colores porque no los inventé yo, maldigo todas las montañas rusas a las que nunca me atreveré a subir y todas las ciudades que jamás conoceré. Todos los sonidos que no podré oír nunca y las muchas personas que valen la pena pero que nunca conoceré. Maldigo las sonrisas que yo no he provocado, las fotos que nunca podrá hacer, los secretos que jamás serán míos y los sueños invisibles que no cumliré jamás.

Maldigo, al fin y al cabo, que los ángeles son daltónicos, y no distinguen los colores que prentendí inventar para tí...