lunes, 23 de septiembre de 2013

ya no te hablo de los centímetros que hay entre lo que me dijiste y lo que yo sentí, ni de una espalda rompiéndose, ni de tú al otro lado de la calle. porque hay algo bello en todo aquello que se rompe, y entre aquello que creí que nunca se rompería pero que acaba en el suelo como todo lo demás. porque no hay dedos, dientes, pies que puedan aguantarlo. no me veo a través de tus ojos, no hay equilibrio en este puto problema, no hay paz. veo a la gente y de repente veo también sus lágrimas. y sus batallas. y todas esas heridas que esconden detrás de un jersey. no sé, pero sales de mi casa (de mí) y de repente que te dejes las llaves significa lo mismo que irte con un portazo. y si fuera yo la que cerrara y me fuera me miraría con odio por haber entendido que la sangre que sale de la boca es peor que cualquier otra.


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