* * *
Rozó la comisura de mis labios y se deslizó entre mis ojos. Tuve ganas de frenarle pero no lo hice. Estaba feliz. Me había llevado a San José, a su muelle. Me lo regaló. No me lo regaló en plan comprarlo, si no en plan…
- Este es mi lugar favorito desde los 7 años –agregó.
- ¿Y me lo regalas? Kevin… ¿Por qué a mí?
- ¿Por qué a ti? –rió y me miró a los ojos- porque me has devuelto las ganas de querer. Porque has posado en mi toda la tranquilidad, y a la vez energía, que nunca he tenido. Porque me has demostrado que te importo, y eso me hace feliz. Porque te mereces mucho más, pero esto me parecía más estúpidamente romántico. Porque en r..
- Calla –puse uno de mis dedos en su boca, evitando que hablara.- esto es estúpidamente fantástico. Y yo te quiero, Kevin. Te quiero. Y adoro que me hayas regalado este lugar, pero te adoro más a ti.
- Vale, esto me parece, ahora, estúpidamente parecido a todas las películas románticas que he visto contigo.
- Solo que ahora somos nosotros los protagonistas –agregué- y no lo cambiaría por nada del mundo.
* * *
Una tarde me envió un mensaje. Me citó en “nuestra” calle. Llegué allí unos diez minutos antes, pero él ya me estaba esperando, y no lo entendía, la puntualidad era algo raro en él. Y miré su cara, y supe predecir lo que pasaría, solo que no quería saberlo porque sabía que era algo malo.
* * *
- Naye… has venido –soltó Kevin.
- ¿No me has citado? Aquí estoy –me acerqué a él para besarle, pero se apartó-. ¿Qué pasa? –dije, extrañada.
- Verás –se frotó la cara con las dos manos, ni me miraba a los ojos- tenemos que dejar esto.
- Define “esto” –dije.
- Nuestra relación. Lo siento mucho pero…
- … ¿Pero?
- No te convengo. Me iré de esta ciudad, me alejaré de ti. Me duele, cariño… -dijo- pero me tengo que ir.
- Yo –interviné.
- No intentes entenderlo –me cortó- no lo entiendo ni yo. Me cogió las manos –solo recuerda una cosa… Te quiero.
* * *
¿Qué tipo de despedida era esa? Y tenía el morro de decirme que no intentara entenderlo. El timbre sonó y anduve apresuradamente para mirar quien era. Antes de que mirara la puerta se estaba abriendo. Solo él tenía llaves.
- ¿Kevin? –dije extrañada. Allí estaba, con su pelo revuelto y su sonrisa tímida.
- Naye…
- ¿Qué haces aquí? –dije… no sé lo que se pensaba.
- Te echaba de menos.
- ¿Qué me echabas de menos dices? Tu qué eres ¿gilipollas? –agregué.
- ¿Cómo? –preguntó, como si no supiera de que le hablara.
- Me citas y me dices que me dejas. Te vas de la ciudad y no coges el teléfono, no contestas a ninguna de mis llamadas. Dejas a tus padres sin ninguna explicación y ahora me dices que me echabas de menos. ¿Qué te crees que soy? ¿Un juego? –me giré, pero él me agarró de la muñeca y me encaró hacia él.
- Eh –acercó su cara a la mía- lo siento ¿vale? Era mejor que me fuera… al menos durante un tiempo. No sabes lo duro que esto ha sido para mí.
- ¿Y para mi qué te crees que ha sido? –dije.
- Lo siento. De veras, no sabes cuanto –dijo tiernamente.
- A mi ya no me valen los “lo siento” ni tus caras. Ni tus sonrisas. Kevin, vete – se me quedó mirando, le giré la mirada.
- ¿Lo dices en serio?
- Kevin –intenté que me dejara las muñecas- no te quiero volver a ver nunca.
Se acercó a mí y se me quedó mirando. Eso me calmó más que cualquier pastilla. Se me quedó mirando y empezó a temblar.
- Tienes ganas de besarme –dijo él.
- No es cierto, y, además, acabarás haciéndolo tu primero –contesté.
Nos besamos y reí. No sé por qué se fue, tampoco sé por qué volvió. Solo sé que con él he vuelto a sonreír, y que mis castillos de naipes se desmoronan si me vuelve a decir adiós.
* * *
- Apuesto a que adivinas por qué tiemblo.
- ¿Tienes frío?
- No. Es solo que… te quiero demasiado.
* * *
FIN.
Ooooooh me encantó lo que escribiste! Me emocioné tanto cuando lo leí en el foro <333
ResponderEliminarGracias por seguirme guapísima ♥
demasiado como para comtrolarlo, tanto q se escapa solo de su cuerpo el cariño...
ResponderEliminario tengo un lugar en Yanahuara, es secretillo, donde tuvimos un primer beso, donde me siento a reflexionar..
ResponderEliminartal vez nunca llegue a lograr convertir ese lugar en "El lugar ", admiro mucho como lo plasmaste..
un abrazo desde el callejón más apartado del mundo!!
tiemblo porque estás aquí...
ResponderEliminarjoder que recuerdos,pero las despedidas a veces se repiten,son circulos viciosos,al menos las mías,por eso las odio.
Ja saps el que diuen: ¡el mundo es un pañuelo! ;) I em sembla que, també per aquelles casualitats de la vida, he vingut a parar al teu blog, que sembla força interessant :) Aquests dies estic força ocupada estirant-me dels cabells amb els exàmens, però prometo donar-hi una ullada més "en profunditat".
ResponderEliminarUna abraçada Jud, i gràcies per passar-te pel meu blog :D Ens llegim (espero)!
Y este tipo de historias de adioses que no se van.. son tan reales y verídicas. Me gustó (tuve que leer las tres partes anteriores para entenderla).
ResponderEliminarSaludos!
Realmente maravilloso... y el final es como me gusta con un sabor curioso, que dice mucho sin demostrarlo tangiblemente
ResponderEliminarFue muy bueno seguirte en cada parte
saludos
andrés
YA SABES QUE LO AMEE (L)
ResponderEliminarJudd, me cambie de blogg :)espro que lo sigas o te pases de vez en cuandoo :D ya estass en mis linkss ♥ te quiero!
ResponderEliminarAún sigo esperando a que venga
ResponderEliminarSe te da genial escribir, transmites mucho con lo que escribes y eso me encanta, igual que me gustan tus historias y textos.
ResponderEliminarEsta me ha gustado mucho desde la primera parte hasta la última. Ese adiós que no ha sido realmente un adiós sino un hasta luego.
un besito!