domingo, 13 de septiembre de 2009

C'est la vie

Porque podría habértelo dicho pero habría sido un suicidio.

Tomé un aire y pensé que eso no podía ser tan difícil. Bueno, en realidad lo era y mucho. ¿Qué se suponía que estaba pensando? ¿Qué era eso que sentía? Le miré a los ojos con ilusión pensando que a lo mejor él podía sentir lo mismo. Solo buscaba mi oportunidad entre ese millón de posibilidades.

Un trueno retumbó todo el cielo y pequeñas gotas de agua empezaron a caer del cielo, aumentado la intensidad de las gotas a una velocidad increíble. Para cuando quise darme cuenta las gotitas caían con tal fuerza que me hubieran podido perforar el corazón. Pero ya lo estaba.

Le miré directamente a los ojos, sabía que era su punto débil. Su cara estaba empapada. No me importó demasiado. No sé exactamente el tiempo que nos quedamos mirándonos pero seguro que es más del que recuerdo. Acerqué temblando mi mano hacia su cara: el miedo al rechazo era peor que no habérselo dicho nunca.

La posé en su mejilla, esperando y deseando casi con una fuerza que no tenía que no me la apartara, que me la acariciara y me contestara lo que tanto deseaba oír. Pero para ilusa yo.

La calle estaba desierta. Estábamos en medio de la carretera y la lluvia ya era terriblemente intensa, aun así la seguí amando. Aparté un momento la mirada para tomar un respiro y después volví a mirarle a los ojos. El no entendía nada pero estaba seguro de que lo entendería dentro de poco.

Acerqué mi otra mano a su estómago, sabía que eso le tranquilizaba así que lo hice. Y lo haría mil veces más. Y nunca me cansaría.

Intenté decir algo pero los nervios me jugaron una mala pasada. Y él solo me miraba con cara de no entender nada. ¿Era posible que todavía no lo hubiera entendido?

Tenía que decírselo, no aguantaba más. Y hablé.

- Te preguntarás porque te he hecho venir –me quité con la mano las gotas de mi cara- y realmente ahora podría decirte alguna cosa como “tenía que darte un libro” pero no sería verdad, y ya sabes que yo no te quiero mentir…

Él se mordió el labio inferior.

- Y también te preguntarás porque llevamos 10 minutos bajo la lluvia sin decir absolutamente nada –me tiré el pelo a un lado- pero te lo voy a decir…

Cogí aire y me dispuse a decírselo.

- No entiendo cómo ni por qué pero… -dudé- te quiero.

Su cara era un mapa. En serio. Nunca me gustó esa expresión pero era exactamente eso. Un mapa. Me dispuse a explicárselo todo.

- Yo en realidad nunca había querido a nadie como te he querido a ti. Supongo que estar contigo todo este tiempo me ha servido para darme cuenta de que tú eres la persona con la que quiero estar. Es decir… -reí- si tuviera que estar con alguien muy probablemente sería alguien como tu. Y yo no quiero. No quiero estar diciéndotelo porque eso significa que te estoy diciendo mi mejor secreto, pero tu ya los sabes casi todos.

Me miró extrañado.

- Con esto no te pido que dejes a tu novia ni nada, sé que no lo harás. Es solo que no aguantaba más viéndote cada día. Que me moría cuando me regalabas una de tus sonrisas. O cuando me rozabas la cara o entrelazabas tus dedos con los míos –volví a reír estúpidamente-. Solo quería que lo supieras.

Me abalancé sobre para abrazarlo y el respondió. Y nos quedamos abrazados durante dos minutos. Pero me supieron a poco. Le miré con cara de cómplice y me alejé. Mientras me alejaba pensaba en lo complejo que todo había sido. Él, mi primer amor.

Nunca lo entendí (y creo que a día de hoy tampoco lo he entendido del todo). Él y yo nunca volvimos a hablar. Un tiempo más tarde conocí a otro chico. Pero mentiría diciendo que no pensaba en él cuando estaba con el segundo. Que me imaginaba que era él el que me tocaba, el que me susurraba a la oreja, el que me decía “te quiero”. Nunca dejé de imaginarme ni por un día que tú podrías aparecer por la puerta diciéndome que tú también me querías. O que no. Pero de eso me enteré después…

C’est la vie. Pero nunca te lo quise decir…

3 comentarios:

  1. Me has hecho recordar muchas cosas... Ese amor que nunca pudo ser un amor completo, un complemento y que nos separamos... Tantas cosas recuerdos

    Gracias y quièn sabe

    Un abrazo grande

    andrés

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  2. ais... me as exo acordar de el ultimo adios mio...
    muy bello

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