sábado, 18 de enero de 2014

y porque lo roto puede romperse muchas más veces
y eso no significa que vaya a terminar
esta infinita sucesión de cristales que se rompen
a mi paso por tu vida
o a tu paso por la mía 

jueves, 9 de enero de 2014

me contaron que estás bien. que ya no te pasas los domingos en la cama, que vuelves a sonreír cuando llueve y que no te da miedo salir a la calle. me alegro por ti. la verdad es que soy feliz por ti: soy feliz porque tú lo eres. porque descubriste que ahí fuera valía la pena algo más. uno siempre se piensa que el mundo termina con una persona y qué va, todo lo contrario. cuando se va alguien sólo significa que van a llegar muchas otras, y que no necesariamente tienen que hacerte feliz, ni cambiarte la vida. algunos llegarán y desearás que no lo hubieran hecho nunca, pero habrá algunos de los que sólo te podrás preguntar "¿dónde coño habíais estado toda mi vida"? y así iremos escribiendo una historia, que ahora sólo se escribe junta por un hilo que se unió hace tiempo y que todavía vive. creo que en algún momento estuvo a punto de romperse, y no solo, sino por ti. o por mi. pero creo que ahora anda bien, que podría andar un equilibrista por encima. confío en su fuerza porque confío en mi aguantándote. y bien, no sé qué más decirte. los meses van pasando y todo va cambiando alrededor. muchas veces me asusta no saber estar a la altura de lo que otros esperan de mi. me veo pequeña, y me parece que me quedan siglos para crecer. y necesito saber que va a pasar, que algún día diré "pum! ¡ya crecí". hasta entonces supongo que seguiré pensando en huir cuando todo se pone difícil, en girar al cara cuando no quiero ver algo o en taparme las orejas si hay ruido en casa y estoy sola.
pero aprenderé.

martes, 7 de enero de 2014

lloras
como un pájaro que ya se ha ido
como el que se queda en el aeropuerto
como el que mira al inmóvil
y yo pienso en llamarte
decirte que no vale la pena
que alguien que no baila contigo
no merece tu risa por la mañana
ni tus gemidos en el baño
ni tus recuerdos.
no olvides: el viento
es el que hace que tu pelo vuele en esta casa
y no un par de dedos que hacen
que veas el cielo
pero que no te llevan nunca donde tú mereces estar.