lunes, 30 de septiembre de 2013

esperar.
esperar a qué.
esperar a quién.

hay corrientes de viento que te sacan de tu madriguera, ahí, en el agujero más recóndito del mundo, donde estás solo (vientre), donde no llega ni un rayo de luz. ahí, al final de la tierra, donde la arena ya ni siquiera es arena, donde sólo hay mastodónticos trozos de nada. donde ni las caricias se sienten pues la piel está tan cansada y tan anestesiada que ni siquiera los dedos de cualquier dios serían capaces de hacerte sentir el mínimo roce de sangre con sangre, de herida con herida, de placer. 

ahí.
justo ahí.

donde ya ni asomas la cabeza porque los coches pasan tan deprisa que te romperían la espalda. donde siempre es de noche. ahí donde un año dura más que en cualquier otro sitio, donde el equilibrio no existe y donde la paz es sólo algo que sucede cuando duermes. si te levantas te golpeas con las paredes, vas a ciegas, el único radar existe en el único punto de tu cuerpo que es capaz de hacerte mirar hacia los lados, aunque ya no se vea nada.

aunque.

aunque llores cuando nadie te ve, no llegues a aceptarlo del todo, te parezca que el mundo es un lugar enorme mientras que tú eres sólo un pájaro herido que salió del nido algún día y que tuvo que volver al que, años atrás, fue su zona de seguridad, su boca, las flores en las manos de quienes acogieron sin temor a que, después, salieras volando.

no lo sé.
frío.

construir es un sinónimo de destruir porque ya no quedan palabras en el diccionario que no te aboquen a creerlo. pero debes seguir creyendo en palabras que te recuerdan a que, de niño, querías salir de este lugar. va a doler. lo sé. pero qué más se puede esperar de un lugar en el que crees estar segura pero que es, en realidad, jaula y cárcel. 


viernes, 27 de septiembre de 2013

ven
y dime
¿todavía te acuerdas?
de mis noches al otro lado
de las risas a través del teléfono y
de la lluvia en mi ventana

no llores
no te encojas
no te rindas

estoy aquí

aunque a veces no te lo parezca
aunque me dé por desaparecer aunque me notes a tu lado
aunque me esconda en una cama
porque en el armario todavía quedan monstruos
que me susurran al oído y me dicen

no vas a irte lejos
vas a quedarte aquí, con nosotros
te cuidaremos
nosotros sabemos cómo hacerlo

pero no
ellos no saben
no sé cuidarme
sé ir sobreviviendo
aprendiendo cada día
y teniendo miedo por las noches
y cuando estoy rodeada de gente

aparecerán cuando menos los esperes
y habrá veces en que no lo entiendas
pero si hay monstruos es que no desaparecieron
y tu trabajo está simplemente en seguir

pero no lo hagas
no los mates
no los elimines de tu vida
déjalos de lado
salúdalos de vez en cuando
no olvides por qué están ahí

algún día
aunque no me creas
te hicieron más fuerte

y algún día
aunque tampoco me creas
agradecerás que estén allí

porque los mirarás y les podrás decir
con la frente alta
y la sonrisa en la cara
"no pudisteis conmigo,
y además aprendí a quereros".

lunes, 23 de septiembre de 2013

ya no te hablo de los centímetros que hay entre lo que me dijiste y lo que yo sentí, ni de una espalda rompiéndose, ni de tú al otro lado de la calle. porque hay algo bello en todo aquello que se rompe, y entre aquello que creí que nunca se rompería pero que acaba en el suelo como todo lo demás. porque no hay dedos, dientes, pies que puedan aguantarlo. no me veo a través de tus ojos, no hay equilibrio en este puto problema, no hay paz. veo a la gente y de repente veo también sus lágrimas. y sus batallas. y todas esas heridas que esconden detrás de un jersey. no sé, pero sales de mi casa (de mí) y de repente que te dejes las llaves significa lo mismo que irte con un portazo. y si fuera yo la que cerrara y me fuera me miraría con odio por haber entendido que la sangre que sale de la boca es peor que cualquier otra.