viernes, 25 de noviembre de 2011

a veces yo, sabiendo que siempre tú

Determinar los suspiros que se mezclan con el aire, lloras y eres bello.
Y a veces temblamos.
Me podría pasar la vida abrazándote tan fuerte como la última vez.
A veces también dudas, y los relojes te miran, y las aceras te sujetan y el cielo te salva de todos menos de mi.
Interactuamos a velocidad reducida.
Qué más puedo decir, si todavía sigo siendo igual de inocente.
Las persianas siguen bajando y todos siguen moviéndose, y ya nadie se para para sonreír.
Me hubiera gustado que cerraras los ojos para chocar mis dientes con tu cuello.
Y mis miedos con tus heridas.
Y tus fríos con mis manos también.
Incluso preguntarme si podríamos escaparnos a ver el mar, cogidos no de las manos sino de los latidos.
Yo solo puedo decirte que quiero t o d o contigo, y que el invierno nos espera con los brazos abiertos.
Ven. Nunca dejes de buscarme.